La pregunta seria ¿por qué me está
afectando esta situación de ésta forma? Por qué me está sobrepasando hasta
este punto?. Hay un hecho reconocido unánimemente,
distintas personas actúan y se enfrentan de distinta forma ante situaciones
similares. Hay personas muy “resistentes”, con muchos recursos tanto
emocionales, familiares, cognitivos, emocionales que llevan la enfermedad
de una forma mucho más positiva y adaptativa que otras.
Aquí entramos de lleno en el concepto de “afrontamiento”, se define como los esfuerzos cognitivos y
conductuales constantemente cambiantes, desarrollados para manejar las
demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como
excedentes o desbordantes de los recursos del individuo.
Nos podemos hacer las siguientes preguntas:
- ¿Por qué una situación puede ser un desafío o una amenaza?
- ¿Por qué la misma estrategia es eficaz para unos e ineficaz para
otros?
- ¿Por qué, ante la misma situación, unos evitan y otros buscan
apoyo?
- ¿Por qué unos se adaptan y otros no?
Estas maneras de afrontar son distintas en sujetos diferentes en función,
entre otras, de ciertas variables de personalidad que afectarán tanto a las
estrategias de afrontamiento utilizadas como a la adaptación posterior del
sujeto a la situación de estrés.
Así pues, las personas se encuentran diariamente en distintas situaciones
que deben evaluar para decidir cuáles pueden ser las consecuencias de las
mismas. Según sea el resultado de esta valoración, el sujeto determinará
cómo enfrentarse a ellas. Así, si la situación se categoriza como
amenazante y el individuo piensa que las demandas de la misma son
excesivas para él, estaremos ante una situación estresante. Llegados a este
punto, ¿de qué depende que el sujeto ponga en marcha una estrategia de
afrontamiento y no otras? Sin duda de la evaluación previa, pero también
veremos que ciertas variables de personalidad influyen de forma decisiva
en todo este proceso
Se entiende el estrés como una relación particular entre
el individuo y el entorno que es concebido como amenazante, ya que el
sujeto juzga que pone en peligro el bienestar de aquél. Los componentes son los siguientes:
a) Los antecedentes. Incluyen las variables de personalidad, hay personas
más optimistas que otras, o tiene mayor autoestima, un lugar de control
interno (mayor percepción de control sobre el problema) o menor
predisposición a la ansiedad que otras. También influyen las variables
ambientales que plantean exigencias al individuo o le ofrecen recursos (por
ejemplo, el apoyo social o acceso a los recursos médicos).
b) Los procesos mediadores. Incluyen las evaluaciones cognitivas y el
afrontamiento. Cómo valoramos e interpretamos la situación.
c) Las consecuencias. Se refieren a la adaptación (o inadaptación) del
sujeto a la situación estresante (salud, bienestar...)
Tipos de evaluación
1. La evaluación primaria es aquella mediante la que el individuo intenta
identificar el efecto que tiene sobre su bienestar una determinada situación.
Por lo tanto, la persona deberá responder a las siguientes preguntas:
Esta
situación, ¿me perjudica o me beneficia?, ¿ahora o en el futuro?, ¿de qué
forma? ¿Cuál es su importancia?
Dentro de esta evaluación se distinguen tres tipos:
a) Irrelevante: la situación no tiene consecuencias para el individuo.
b) Benigno positiva: las consecuencias del encuentro con la situación
son positivas, en tanto que preservan, logran o ayudan a conseguir su
bienestar.
c) Estresantes: la persona juzga que sus intereses están en juego,
pudiéndose realizar tres tipos de juicios o evaluaciones:
• Evaluación de daño o pérdida: el individuo ya ha recibido algún
perjuicio, algún daño o alguna pérdida importante.
• Evaluación de amenaza: se refiere a daños o pérdidas que todavía no
han ocurrido pero que se cree que ocurrirán en un futuro.
• Evaluación de desafío: el individuo valora las ganancias que puede
obtener en la transacción, siempre y cuando se pongan en marcha las
estrategias de afrontamiento necesarias para superar la situación estresante.
2. La secundaria es un proceso evaluativo mediante el que el individuo
valora sus opciones de afrontamiento. La pregunta en este caso es: ¿Qué
debo hacer? y ¿qué puedo hacer? Es decir, la persona pretende conocer
cuáles serán los resultados de utilizar una estrategia de afrontamiento u otra
y qué posibilidad tiene de utilizar o aplicar una estrategia de manera
efectiva.
3. Mediante la reevaluación se introducen cambios en la evaluación inicial,
según la información obtenida de las reacciones ante la situación. En
realidad se trata del mismo proceso que la evaluación primaria pero en otro
momento (posterior).
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